Métodos de tortura. Tormento de la rata

Sí, los amenazaban con matarlos en un madero, los azotaban, les aplicaban el tormento del caballete, de la estrapada y, sobre todo, el fuego. Los dolores eran tales que acababan confesando cosas que, ni en sus más horribles pensamientos, hubieran sido capaces de imaginar.
El "Tormento de la rata" es un ejemplo de aquella crueldad. Consistía en colocar una jaula sobre el vientre del martirizado que contenía una rata. Los torturadores lanzaban fuego sobre el animal y este, para escapar, horadaba a la víctima buscando una salida a través de los intentinos. Este método lo utilizaban con los que creían hechizados. La rata acababa saliendo por la boca del condenado. Como no sobrevivía, los inquisidores los consideraban culpables, ya que estaban convencidos de que la muerte era la señal inequívoca de que se adoraba al diablo, de lo contrario Dios los habría salvado.
¿PUEDE ALGUIEN IMAGINAR MÁS HORROR?

Hecho histórico (III). La caza.

La lucha entre hechicería y brujería mantenía el equilibrio en aquellas tierras hasta que hizo su aparición en ellas la Inquisición. La Iglesia, llevada por un exceso de justicia secular, mandó al inquisidor don Juan Valle Alvarado para que realizara una investigación en la zona en busca de cualquier síntoma de brujería. Lo hizo apremiada por las olas de pánico que se extendían por todo el País Vasco. Pronto las acusaciones entre vecinos se propagaron como una plaga maldita imposible de detener. El miedo hizo que aquellas gentes rústicas mezclaran hechicería y brujería e, incluso, que afectara a personas que jamás se habían visto mezcladas con ninguna de las dos. El ardor y la insistencia de los métodos de tortura trastornó el seso de muchos.

Hecho histórico (I). Hechiceras
Hecho histórico (II). Brujos

Hecho histórico (II). Brujos.

Además de las hechiceras, también había brujos que adoraban a Satán y realizaban aquelarres o sabbats.
Los aquelarres eran reuniones secretas que generalmente se realizaban en una cueva o en un bosque y en las que se adoraba al diablo. Su rito estrella consistía en la iniciación en la secta de un neófito. Para llevarla a cabo, el brujo o bruja que presentaba al niño -que tenía que tener seis años o más- iba a por él dos o tres horas antes de la medianoche, lo preparaba untándole todo el cuerpo con grasa de gato o lobo y leche de burra, y juntos volaban hasta el aquelarre. Allí se encontraban, sentado en un trono, al diablo bajo la apariencia de un macho cabrío feo y airado. Ante aquel cabrón, el neófito debía renegar de Dios, de la Virgen, del Bautirmo, de la Confirmación... hasta de sus padres. A continuación besaba el ano del demonio y este lo marcaba imprimiendo en sus ojos la señal de una pata de sapo. Aquel iniciado quedaba más tarde al cuidado de una manada de sapos con los que las brujas hacían los venenos.

Hecho histórico (I). Hechiceras
Hecho histórico (III). La caza

Hecho histórico (I). Hechiceras

Algunos fragmentos de la novela están basados en un hecho histórico. Os dejo una muestra:
"La historia comenzó durante el verano del año 1610. En el valle noroeste de Navarra vivían varias mujeres en pueblos contiguos que se dedicaban al arte de la sanación: ayudaban a parir a sus vecinas, a controlar la natalidad, aliviaban los dolores de los enfermos y, en muchas ocasiones, los curaban.
Estas mujeres eran consideradas mujeres sabias en la Edad Media y el pueblo las tenía en alta estima porque constituían su única fuente de ayuda médica.
Eran mujeres que contravenían las órdenes impuestas por la sociedad patriarcal. En aquel momento, el Estado y la Iglesia -dirigidas únicamente por hombres- controlaban el hacer y el pensar de las mujeres. Si una mujer se atrevía a adentrarse en el mundo del saber era considerada enemiga de la Iglesia y pronto se desconfiaba de ella".
¿OS SUENA A FEMINISMO?

Hecho histórico (II). Brujos
Hecho histórico (III). La caza

Las erinias

Quiero agradeceros a todos los que me habéis dejado vuestro comentario, en especial a los alumnos del instituto de Sedaví. Nada hay mejor para un escritor que saber que gustan sus libros.
Muchas gracias también a Eva por recomendar el libro. Y como solicitas más historias mitológicas, ahí va un resumen de Las Erinias que también aparecen en El reino de Eidos.

ERINIAS, LA PERSONIFICACIÓN DE LA VENGANZA.
Eran tres personajes que vivían en el Tártaro, dentro del Inframundo. Tenían cabeza de perro, alas de murciélago y serpientes en vez de cabellos (como Medusa, ¿os acordáis?). Eran las encargadas de castigar a los humanos que cometían algún crimen, especialmente si era contra algún miembro de su familia. Eran implacables, los atormentaban hasta volverlos locos. No se conmovían por nada, aunque el atormentado pidiera perdón seguían hostigándole sin parar.
Estos personajes se han asociado con los sentimientos de culpa y los remordimientos.

Trailer de El Reino de Eidos

Aquí os dejo un vídeo que resume El reino de Eidos, para que os hagáis una idea todos aquellos que no lo habéis leído.

Las Parcas

Hoy voy a hablaros de otros personajes que se encuentran los protagonistas de El reino de Eidos en su viaje: las Parcas.
Son las encargadas de ejecutar las órdenes del dios ciego Destino. Son tres: Cloto, Laquesis y Atropos. Se suelen representar como tres figuras pálidas que hilan en silencio. Una tiene en la mano una rueca con hilos de todos los colores y calidades: de oro para los hombres cuya existencia ha de ser feliz; de cáñamo para los que han de ser pobres y desgraciados. Laquesis da vueltas al huso y va enrollando los hilos que le pasa su hermana y Atropos -la más mayor-, con unas tijeras corta cuando quiere el hilo. Cada vez que corta un hilo, una persona muere.
Todos son iguales para ellas; por eso la gente dice que no hay nada tan democrático como la muerte. No hace distinciones y a todos nos toca por igual.

El guardián Cerbero

En el post anterior os comentaba que Caronte se encarga de transportar a los muertos a través de la laguna Estigia, y la otra orilla está custodiada por Cerbero. Es un perro de tres cabezas (algunos dicen que cincuenta) y está siempre vigilando para que nadie pueda penetrar en el mundo de los muertos. Si alguien osa perturbar sus dominios los devora. Vigila tanto a los vivos que intentan penetrar en el mundo de los muertos como a las almas que intentan fugarse.

En una ocasión Teseo (obligado por un juramento) acompañó a Perítoo al Tártaro para pedir la mano de Perséfone, esposa de Hades. Al llegar, Hades escuchó aquella absurda petición y, fingiendo hospitalidad, les invitó a que se sentaran. Lo que ellos no sabían era que aquella era la Silla del Olvido y en cuanto su cuerpo se puso en contacto con ella pasó a formar parte de su misma carne, por lo tanto no podían levantarse.

Sufrían tormentos: multitud de serpientes los rodeaban, las Furias los azotaban y Cerbero los mordía. Hades estaba feliz contemplando aquel espectáculo que duró cuatro años hasta que Heracles apareció por allí para atrapar a Cerbero y los reconoció cuando le imploraron ayuda. Perséfone permitió que liberara a los cautivos, pero era difícil separarlos de sus asientos. Heracles cogió a Teseo con todas sus fuerzas y lo arrancó de la silla, pero gran parte de la carne de Teseo se quedó en ella. Los descendientes de Teseo tenían por este motivo el trasero muy, muy pequeño.

La mitología es curiosísima. Desde que leí esta historia, cuando veo a alguien con poco culo, no puedo evitar pensar que desciende de Teseo.

¿Quién es Caronte?

En la mitología griega, cuando alguien moría descendía al Tártaro. Los familiares le ponían una moneda debajo de la lengua para que pudieran pagar el viaje al barquero Caronte, el avaro, que los trasportaba en su barca hasta la otra orilla de la laguna Estigia. Esa laguna era la que separaba el mundo de los vivos del de los muertos. Si alguien no tenía moneda, Caronte se negaba a pasarlos y tenían que esperar para siempre en la orilla cercana.

Pero, donde hay un problema, se encuentra una solución. Había una entrada secreta a la que se accedía deslizándose por una entrada posterior y allí... tenían que enfrentarse con Cerbero.