Mostrando entradas con la etiqueta Dios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dios. Mostrar todas las entradas

Métodos de tortura. Tormento de la rata

Sí, los amenazaban con matarlos en un madero, los azotaban, les aplicaban el tormento del caballete, de la estrapada y, sobre todo, el fuego. Los dolores eran tales que acababan confesando cosas que, ni en sus más horribles pensamientos, hubieran sido capaces de imaginar.
El "Tormento de la rata" es un ejemplo de aquella crueldad. Consistía en colocar una jaula sobre el vientre del martirizado que contenía una rata. Los torturadores lanzaban fuego sobre el animal y este, para escapar, horadaba a la víctima buscando una salida a través de los intentinos. Este método lo utilizaban con los que creían hechizados. La rata acababa saliendo por la boca del condenado. Como no sobrevivía, los inquisidores los consideraban culpables, ya que estaban convencidos de que la muerte era la señal inequívoca de que se adoraba al diablo, de lo contrario Dios los habría salvado.
¿PUEDE ALGUIEN IMAGINAR MÁS HORROR?

Hecho histórico (II). Brujos.

Además de las hechiceras, también había brujos que adoraban a Satán y realizaban aquelarres o sabbats.
Los aquelarres eran reuniones secretas que generalmente se realizaban en una cueva o en un bosque y en las que se adoraba al diablo. Su rito estrella consistía en la iniciación en la secta de un neófito. Para llevarla a cabo, el brujo o bruja que presentaba al niño -que tenía que tener seis años o más- iba a por él dos o tres horas antes de la medianoche, lo preparaba untándole todo el cuerpo con grasa de gato o lobo y leche de burra, y juntos volaban hasta el aquelarre. Allí se encontraban, sentado en un trono, al diablo bajo la apariencia de un macho cabrío feo y airado. Ante aquel cabrón, el neófito debía renegar de Dios, de la Virgen, del Bautirmo, de la Confirmación... hasta de sus padres. A continuación besaba el ano del demonio y este lo marcaba imprimiendo en sus ojos la señal de una pata de sapo. Aquel iniciado quedaba más tarde al cuidado de una manada de sapos con los que las brujas hacían los venenos.

Hecho histórico (I). Hechiceras
Hecho histórico (III). La caza