La lucha entre hechicería y brujería mantenía el equilibrio en aquellas tierras hasta que hizo su aparición en ellas la Inquisición. La Iglesia, llevada por un exceso de justicia secular, mandó al inquisidor don Juan Valle Alvarado para que realizara una investigación en la zona en busca de cualquier síntoma de brujería. Lo hizo apremiada por las olas de pánico que se extendían por todo el País Vasco. Pronto las acusaciones entre vecinos se propagaron como una plaga maldita imposible de detener. El miedo hizo que aquellas gentes rústicas mezclaran hechicería y brujería e, incluso, que afectara a personas que jamás se habían visto mezcladas con ninguna de las dos. El ardor y la insistencia de los métodos de tortura trastornó el seso de muchos.
Hecho histórico (I). Hechiceras
Hecho histórico (II). Brujos
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